lunes, 30 de agosto de 2010

Acto Moral


Acto Moral

Estructura personal

En el hombre hay dos series de operaciones, de acuerdo con el modo que hayan sido realizadas: los llamados actos del hombre, que proceden del hombre, pero sin dominio racional; y los actos humanos, que el hombre realiza según su modo específico propio, es decir, en cuanto ser racional y libre. Se puede decir que actos humanos son aquellas acciones internas y externas en las que el hombre actúa por su voluntad, a propuesta del entendimiento y previa la deliberación anterior. Se les define también como los actos voluntarios y deliberados.

El acto humano implica una estructura cuyos elementos generales y esenciales son: A) El cognoscitivo: B) El volitivo: c) La libertad

A) El cognoscitivo

Es el elemento imprescindible, porque no se puede querer algo si antes no se conoce, y tampoco podemos querer algo libremente si no somos conscientes de ello. Este conocimiento incluye la advertencia - atención de la mente al acto-, la deliberación - valoración sobre la conveniencia o inconveniencia del acto-, y el imperio -la determinación al querer-.

No basta cualquier conocimiento para que haya un acto humano; pero no se requiere un conocimiento tan completo y exhaustivo que apenas podría darse en la práctica. Puede decirse que, en general, para que haya un acto humano es necesario y suficiente con que el sujeto tenga advertencia del acto que va a realizar y de su conveniencia o inconveniencia: así el sujeto puede ser dueño de ese acto.

B) El volitivo:

Santo Tomás define el acto voluntario como "el que procede de un principio intrínseco con conocimiento del fin" (S. Th I-II, q 6, a 1). Dos cosas son, así, necesarias para que algo se diga, en sentido verdadero, voluntario : a) Que procede de nuestra voluntad a manera de efecto; y b) que el efecto o resultado de nuestra voluntad haya sido, al menos en su causa, previsto por el entendimiento, previamente a ser realizado por la voluntad. Son también voluntarios los efectos o resultados de las acciones y hasta de las omisiones, con tal que se hubieran previsto y fuera obligación de evitarlo.

c) La libertad

Es característica esencial de los seres inteligentes y, por tanto, de su actividad. Sin ella, el obrar humano se queda a un nivel puramente animal. Sin libertad no puede haber vida moral porque, para obrar moralmente, no basta con saber distinguir entre el bien y el mal, se necesita también tener posibilidad de autodeterminarse con dominio del acto. Sólo de esta manera se puede ser responsable y, por tanto, capaz de mérito o culpa, de premio o castigo.

-Objeto fin y circunstancias

La determinación de la bondad o malicia de los actos humanos se hace por los elementos que los integran: El objeto, el fin y las circunstancias. Estos elementos no intervienen todos de la misma manera, cuando determinan la moralidad de los actos humanos buenos y la de los actos malos. Para que un acto sea bueno, deben serlo a la vez necesariamente el objeto, el fin y las circunstancias; y para que sea malo basta con que uno de ellos contraríe la norma moral.

El objeto de la moral: Es la primera y fundamental fuente de moralidad: si el objeto es malo, el acto será siempre malo, aunque las circunstancias y el fin sean buenos; "No se puede hacer el mal para que sobrevenga el bien" (Rom 3,8); el fin no justifica los medios. En cambio, si el objeto es bueno, el análisis para una calificación completa y verdadera del acto debe proseguir por el fin y las circunstancias.

Las Circunstancias del acto moral: Son aquellos aspectos accidentales del objeto o de la intención del agente, que afectan de algún modo a la bondad de la acción, pero sin cambiar su sustancia. Por ejemplo, el cariño con que se da una limosna, etc. Si el fin y el objeto eran como la forma y la materia, respectivamente, del acto moral, las circunstancias son como sus accidentes. Por tanto, si el acto es bueno o malo por su objeto y fin, las circunstancias acrecientan o disminuyen accidentalmente su bondad o maldad.

El fin del acto moral es el objetivo al que el agente ordena sus actos, es decir lo que se propone conseguir. Este fin, junto con el objeto, determina la sustancia del acto moral. El fin es la intención subjetiva que pretende el agente con la acción.

-Impedimentos del acto moral

El conocimiento intelectual y la voluntariedad son decisivos para la libertad; todo aquello que de una u otra manera reduzca el conocimiento o la voluntariedad de la operación humana, disminuye o anula la libertad.

Estos obstáculos son fundamentalmente la ignorancia, las pasiones, el miedo, y la violencia. Se dan también otros trastornos psicopatológicos, que pueden influir muy directamente en la libertad requerida para los actos humanos. Todas estas dificultades se conocen como impedimentos del acto humano:

Violencia: Es la acción exterior que fuerza a la persona para que actúe contra su voluntad. Para que haya violencia completa o coacción, se requiere: a) que sea ejercida por otro, pues nadie puede causarse violencia a sí mismo; b) que se oponga al querer del sujeto: si este cede o colabora, ya no se puede hablar de violencia al menos perfecta.

Ignorancia: Es la carencia del conocimiento requerido para el acto moral. Destruye o debilita la libertad del acto externo al impedir el conocimiento necesario para la voluntariedad del acto. La ignorancia es carencia de ciencia en quien debería tenerla. Difiere de la nescencia o simple falta de un conocimiento, en quien no tiene deber de poseerlo. En la ignorancia se puede distinguir:

a)Iuris: Es el desconocimiento de la ley, divino o humano, civil o eclesiástica.

b)Facti: Es el desconocimiento de algunos aspectos de la acción que la hacen buena o mala.

c)Inculpable: Se da cuando se han puesto los medios debidos y, pese a ello, no se ha llegado al conocimiento de la verdad. También es llamada invencible, en cuanto quien la padece no puede vencerla y librarse de ella, pese a los debidos esfuerzos puestos para alcanzar la verdad.

d)Culpable o vencible: Supone que se pudo y se debió superar. Por tanto procede de negligencia o culpa del sujeto. Caben varios grados: 1) Simplemente vencible: cuando se pusieron medios incompletos o insuficientes. 2) Crasa o supina:: cuando la ignorancia se debe a negligencia grave. 3) Afectada: es la que evita informarse para actuar según su apetencia.

Las pasiones desordenadas: Constituyen un obstáculo, en cuanto disminuyen la función rectora de la razón, con sus emociones, sentimientos y estados de ánimo, de la actividad voluntaria.

Miedo: Es una perturbación del ánimo ante un peligro real o imaginario. El miedo es un temor que llega a turbar la inteligencia, y aunque de ordinario no suprime la voluntariedad, la limita de modo notable.

enfermedades mentales: La unidad sustancial entre el alma y el cuerpo comporta que haya estrechas interrelaciones entre las potencias espirituales del alma y los dinamismos psíquicos-somáticos, al punto de que determinadas disfunciones somáticas o psíquicas impiden total o parcialmente el uso de la razón o debilitan el autodominio de la voluntad. Son la enfermedades de la mente y de la voluntad, que disminuyen la libertad del acto, porque falta en él la necesaria luz de la inteligencia para que la persona pueda tomar una decisión responsable, o se da una situación tal de agotamiento psíquico que la persona, aun percibiendo lo que debería hacer, se encuentra falta de las energías para realizar el esfuerzo correspondiente.

-Acto bueno y acto malo. El problema de los actos indiferentes

Existen actos humanos indiferentes en abstracto, o sea, que por su objeto específico y naturaleza intrínseca no son buenos ni malos. La razón es porque, considerados en abstracto, los actos humanos toman su moralidad únicamente de su propio objeto específico, sin tener para nada en cuenta el fin de las circunstancias que les rodean, que son ya elementos concretos.

No existen actos humanos indiferentes en concreto. Toda acción realizada libremente por una persona tiende necesariamente a un fin determinado, inevitablemente presente en la persona que lo realiza, por lo que adquiere una relación al orden moral, negativa o positiva.

- Actos y actitudes; la Opción Fundamental

La Declaración Persona Humana afirma expresamente que "la opción fundamental es la que define en último término la condición moral de una persona" (n.10). Y a ella se refiere, por ejemplo, Santo Tomas cuando explica la primera conversión del hombre a Dios como a su último fin: en este sentido es la ordenación del hombre a Dios por la fe y la caridad en el primer acto libre. Se trata de una entrega, una opción por Dios que perdura como habitual e influye virtualmente en los actos sucesivos con tal de que sean compatibles con ese último fin.

Existen, pues, un uso correcto de la expresión opción fundamental, que sirve para poner de relieve aspectos fundamentales de la vida moral, como son, entre otros, la relevancia de los actos y opciones singulares, la unidad de la vida moral, etc.

Paralelamente se dan también usos incorrectos de la opción fundamental cuya tesis de fondo es entonces que, una vez que se opta por Cristo por medio de la fe, el detalle de la obras no tiene ya importancia (Lutero), o cuando por la caridad se le ama de verdad todo está permitido (Molinos).

La vida del hombre supone una multiplicidad de opciones y actos singulares, diferentes por sus objetos, el tiempo, lugar, etc. Opciones y actos que, a la vez, se perciben como propios del mismo sujeto e integrantes de la misma vida. Por otra parte, cuando el hombre procede moralmente -con advertencia y voluntariedad- su voluntad no decide sólo por el bien o el mal del objeto concreto: advierte que con la opción por este bien o este mal opta también por el bien o por el mal y, por eso mismo, a favor o en contra de Dios. En cada acto singular el hombre, al decidir sobre su relación de amor o de rechazo a un objeto singular, decide sobre sí mismo, en cuanto que, en definitiva, decide disponerse bien o mal con Dios.. Además se dan en el hombre actos, que implican unas decisiones de fondo que de tal modo fijan la voluntad en el bien o en el mal, que van marcándole, dándole una orientación fundamental a su vida.

Esa decisión subyacente -a favor o en contra de Dios- puede llamarse decisión u opción fundamental, sobre todo cuando se contempla desde la relación que guarda con las demás decisiones que podrían llamarse superficiales o periféricas

Disciplinas Filosoficas

Disciplinas Filosoficas

Lógica



La lógica es una ciencia formal y una rama de la filosofía que estudia los principios de la demostración e inferencia válida. La palabra deriva del griego antiguo λογική (logike), que significa "dotado de razón, intelectual, dialéctico, argumentativo", que a su vez viene de λόγος (logos), "palabra, pensamiento, idea, argumento, razón o principio". La lógica examina la validez de los argumentos en términos de su estructura, independientemente del contenido específico de los estados reales a los que aquéllos se puedan referir. En este sentido se habla de la lógica como ciencia «formal». La lógica es una disciplina de la filosofía, las matemáticas y la informática.

Estética


La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Formalmente se le ha definido también como "ciencia que trata de la belleza de la teoría fundamental y filosófica del arte". La palabra deriva de las voces griegas αἰσθητική (aisthetikê) «sensación, percepción», de αἴσθησις (aisthesis) «sensación, sensibilidad», e -ικά (ica) «relativo a».

La estética estudia las razones y las emociones estéticas, así como las diferentes formas del arte.
La Estética, así definida, es el dominio de la filosofía que estudia el arte y sus cualidades, tales como la belleza, lo eminente, lo feo o la disonancia, desde que en 1750 (en su primera edición) y 1758 (segunda edición publicada) Baumgarten usara la palabra "estética" como "ciencia de lo bello, misma a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores". Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: calología, que atendiendo a su etimología significa ciencia de lo bello (kalos, «bello»).

La estética se ocupa también de la cuestión de si estas cualidades están de manera objetiva presentes en las cosas, a las que pueden calificar, o si existen sólo en la mente del individuo; por lo tanto, su finalidad es mostrar si los objetos son percibidos de un modo particular (el modo estético) o si los objetos tienen, en sí mismos, cualidades específicas o estéticas. La estética también se plantea si existe diferencia entre lo bello y lo sublime.

Epistemologia

La epistemología (del griego ἐπιστήμη (episteme), "conocimiento", y λόγος (logos), "teoría") es una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico. La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida. Es de reciente creación, ya que el objeto al que ella se refiere es también de reciente aparición. En Grecia, el tipo de conocimiento llamado episteme se oponía al conocimiento denominado doxa. La doxa era el conocimiento vulgar u ordinario del hombre, no sometido a una rigurosa reflexión critica. La episteme era el conocimiento reflexivo elaborado con rigor. De ahí que el término "epistemología" se haya utilizado con frecuencia como equivalente a "ciencia o teoría del conocimiento científico". Los autores escolásticos distinguieron la llamada por ellos "gnoseología", o estudio del conocimiento y del pensamiento en general, de la epistemología o teoría del modo concreto de conocimiento llamado científico. Hoy en día, sin embargo, el término "epistemología" ha ido ampliando su significado y se utiliza como sinónimo de "teoría del conocimiento". Así, las teorías del conocimiento específicas son también epistemología; por ejemplo, la epistemología científica general, epistemología de las ciencias físicas o de las ciencias psicológicas.

Ontologia

la ontología (del griego οντος, genitivo del participio del verbo εἰμί, ser, estar; y λóγος, ciencia, estudio, teoría) es una parte de la metafísica que estudia lo que hay,1 es decir cuáles entidades existen y cuáles no. Muchas preguntas tradicionales de la filosofía pueden ser entendidas como preguntas de ontología:1 ¿existe un Dios? ¿Existen entidades mentales, como ideas y pensamientos? ¿Existen entidades abstractas, como los números? ¿Existen los universales?



Además, la ontología estudia la manera en que se relacionan las entidades que existen.1 Por ejemplo, la relación entre un universal (rojo) y un particular que "lo tiene" (esta manzana), o la relación entre un evento (Sócrates bebió la cicuta) y sus participantes (Sócrates y la cicuta).

Teoría del Conocimiento

La teoría del conocimiento es una doctrina filosófica. Para precisar su ubicación en el todo que es la filosofía, es necesario que antes aparezca una definición esencial de esta.

Filosofia

La filosofía (del latín philosophĭa, y éste del griego antiguo φιλοσοφία, 'amor por la sabiduría')1 es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje.2 3 Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, la mitología y ciertas formas de religión por su énfasis en los argumentos racionales,4 y de la ciencia experimental porque generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante la especulación, el análisis conceptual, los experimentos mentales u otros métodos a priori.